Tu estudiante...
sábado, 25 de agosto de 2012
Carta a mi maestro
Hoy he encontrado una oportunidad para llegar a ti... Tu que estás conmigo desde que comienza mi día y compartes los primeros y mejores años de mi vida, caminando a mi lado, siendo testigo de las muchas veces que he reído y llorado, cuando he caído y he logrado las metas que me he trazado; me has visto esforzar y otras veces acomodarme quizás dejándome llevar por tantas cosas que me ofrece el mundo y otras que me exige la sociedad. Has estado ahí en mis momentos de luz y de oscuridad cuando me he sentido cansada y cuando no he sabido dar respuesta a lo que me das. Te veo cada mañana entrar al salón, caminar de un lado a otro, sentarte, explicar, evaluar y muchas veces me pregunto, qué pasa por tu mente? qué piensas de mí? Quisiera que no solo me enseñaras y me llenaras de contenidos, los cuales sé que son necesarios para mi vida; desearía más conocer lo que tu corazón muchas veces esconde por temor a mostrar tu humanidad, lo que hay en ti, lo que piensas, lo que sientes, tantas cosas que estoy segura me enseñarían mucho más. No quisiera recordarte como el maestro regañón, al que le gustaba presionar; ni tampoco como el que nos dejaba hacer lo que quisiéramos, para ganarse nuestra aceptación; quiero recordarte como aquella persona que caminó conmigo, del cuál mucho aprendí, porque me enseñó aplicar cada contenido con mi realidad; ese que vio más allá de mis errores o mis buenas calificaciones y no me rotuló nunca cuando me iba bien o cuando me iba mal; ese que se preocupó por mí, que me preguntó muchas veces por qué no hice la tarea, si dormí bien o si comí, si en mi casa las cosas están bien o mal... ese que más allá de limitarse a dar una clase y calificar, se dio la oportunidad de conocerme un poco más y con ello me enseñó a descubrirme a mí misma y aprenderme a valorar. Ahora, que estoy en una de las etapas más difíciles de mi vida, en la que tengo que aprender a tomar decisiones y valerme por mí misma, te pido que no dejes de ser Mi maestro, no pienses que estoy muy grande o muy pequeña para entenderlo, yo te necesito no como verdugo ni compinche, sino como mi amigo , creo en todo lo que me dices muchas veces hasta más que otras personas que también están conmigo, por eso para mi es importante tu opinión y que de igual modo me escuches cuando quiero expresarte algo, que no digas que ahí vengo otra vez con lo mismo, para mi es importante saber que te interesa lo que pienso, siento y digo, que lo tienes en cuenta y lo valoras así tal y como lo hago contigo. Sé que muchas veces no me he comportado bien o no te presto atención, no valoro lo que me das y hasta pienso que eres muy cansón; no dejes nunca de exigirme que entregue de mi lo mejor, no me temas ni te prevengas, tu eres el adulto, el que tiene el control; estoy segura que con creatividad, responsabilidad, sabiduría, paciencia, disciplina y mucho amor, todo será distinto y tu clase será lo mejor; me ayudas a hacer de lo más difícil lo mas bello. Yo sentiré que he aprendido y tu experimentarás el gozo de entregarlo todo en el salón. Con todo esto y por sobre todas las cosas quiero que sepas que eres muy importante para mí; que te quiero y admiro, te agradezco todo lo que haz hecho, haces y seguirás haciendo por mí, eso nunca lo olvidaré, porque la obra del Maestro, queda grabada para toda la vida y es lo que nos llevamos para el resto del camino. Tu más que nadie sabes que lo que te digo es cierto, porque también en tu vida, has tenido Maestros esos que recuerdas por el dolor y las angustias que te causaron y a aquellos que siempre mencionas por todo lo que con su vida te enseñaron... Gracias de todo corazón querido profesor y que Dios te bendiga...
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